viernes, 14 de junio de 2019

EL MAL ESTÁ EN EL INTERIOR


"Habéis oído que antes se dijo: ‘No cometas adulterio.’ Pero yo os digo que cualquiera que mira con codicia a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácalo y échalo lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtala y échala lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
También se dijo: ‘Cualquiera que se separe de su esposa deberá darle un certificado de separación.’ Pero yo os digo que todo aquel que se separa de su esposa, a no ser en caso de inmoralidad sexual, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una mujer separada también comete adulterio." 

Este texto, muchas veces mal interpretado, es un alegato de la mujer. La mujer no es un objeto que podamos codiciar. La mujer no es un objeto al que podamos repudiar. En tiempos de Jesús el hombre, por cualquier motivo, podía deshacerse de la mujer y devolverla a sus padres. Jesús nos habla del escándalo y del adulterio, defendiendo a la mujer.
"Este día el evangelio tiene como núcleo la experiencia del matrimonio. El mandamiento al que hace alusión es: “no cometerás adulterio” Con el objetivo de salvaguardar el valor del matrimonio, Jesús no se queda solamente en la alusión ingenua del mandamiento, sino que va más allá, al mundo que involucra el interior del corazón humano, pues es allí donde se hace posible vivir la fidelidad o la infidelidad, pues el adulterio empieza en el corazón. En el pensamiento mediterráneo, el ojo era considerado el órgano a través del cual se manifestaban algunos malos deseos, como son: el de la envidia y la avaricia, mientras que la mano era el órgano por el cual se llevaban a cabo estos deseos que nacen del corazón. La invitación del evangelio es contundente: hay que actuar en la raíz donde se decide sobre las acciones humanas. Es decir, estar decididos a cortar todo aquello que induce al mal. La razón, es que se debe amar con el mismo amor con el cual se es amado." (Koinonía) 

2 comentarios:

  1. "...La raó, és que s'ha d'estimar amb el mateix amor amb el qual s'és estimat. "(Koinonia)

    ...O.. potser encara més...del que rebeps o dones... Pare Nostre

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  2. "Este día el evangelio tiene como núcleo la experiencia del matrimonio. El mandamiento al que hace alusión es: “no cometerás adulterio” Con el objetivo de salvaguardar el valor del matrimonio, Jesús no se queda solamente en la alusión ingenua del mandamiento, sino que va más allá, al mundo que involucra el interior del corazón humano, pues es allí donde se hace posible vivir la fidelidad o la infidelidad, pues el adulterio empieza en el corazón. En el pensamiento mediterráneo, el ojo era considerado el órgano a través del cual se manifestaban algunos malos deseos, como son: el de la envidia y la avaricia, mientras que la mano era el órgano por el cual se llevaban a cabo estos deseos que nacen del corazón. La invitación del evangelio es contundente: hay que actuar en la raíz donde se decide sobre las acciones humanas. Es decir, estar decididos a cortar todo aquello que induce al mal. La razón, es que se debe amar con el mismo amor con el cual se es amado." (Koinonía)

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