Llegó hablando de robos, crímenes, corrupción...:
- El mundo está hecho un desastre. Está lleno de malas personas.
El Anacoreta le ofreció asiento, le trajo un vaso de agua y le dijo:
- Pues yo creo que deberíamos dar gracias a Dios por la cantidad de gente sencilla y buena que nos rodea.
Guardó un rato de silencio antes de continuar:
- No sale en la prensa ni en la TV. Nadie os los señalará en las redes de internet. Sin embargo hay mucha más gente buena que mala. Personas que están a nuestro lado con sus corazones abiertos; que nos hacen reír; que aparecen si llamarlas cuando las necesitamos; que nos ayudan sin pedir nada a cambio; que se sacrifican por los demás sin hacer ninguna propaganda...
Miró al visitante y concluyó:
- Son gente sencilla. Por eso no salen en la prensa, ni en la TV, ni en las redes...No interesan. Sin embargo son ellas las que hacen cambiar nuestra sociedad, las que nos mantienen la esperanza. Intentemos nosotros ser una de esas personas...
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