miércoles, 9 de febrero de 2022

LA VERDAD ESTÁ EN EL INTERIOR

 


En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: "Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga."
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. El les dijo: "¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina." Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: "Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro."

Jesús sigue insistiendo. Lo exterior no tiene importancia. La verdad se encuentra en nuestro interior. De allí sale lo bueno y lo malo. Jesús enumera trece maldades que pueden salir de nuestro corazón. Los fariseos, como vimos ayer, hacían mil y una prácticas. Cumplían al pie de la letra todas las prescripciones; pero su corazón no era puro. Muchos lo tenían lleno de maldad.
Es una lección que debemos aprender. Debemos cuidar nuestro interior. De ahí la importancia de la meditación, de la interiorización de la Palabra. Porque es así como conseguiremos tener un corazón capaz de amar. Un corazón que rebose de buenas acciones, de entrega, de amor al prójimo.

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