miércoles, 16 de febrero de 2022

¿VEMOS ALGO?

 


En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego, pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: "¿Ves algo?" Empezó a distinguir y dijo: "Veo hombres; me parecen árboles, pero andan." Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía con toda claridad. Jesús lo mandó a casa, diciéndole: "No entres siquiera en la aldea."

Estamos ciegos cuando todo lo vemos a través de nuestro ego. Sólo vemos nuestros intereses y estamos ciegos a las necesidades de los demás. Jesús nos devuelve la vista, haciéndonos ver las cosas a través del Amor. Sólo así podemos ver la realidad que nos rodea y sólo así podremos actuar.

"Nuestra vida de creyentes es un continuo proceso de conversión, es decir, siempre una oportunidad para llegar a ser agentes de cambio, abiertos a la novedad y a las exigencias del Evangelio de Jesús. Invitados a ser verdaderos oyentes y servidores de la Palabra de Dios, del querer de Dios, hemos de estar atentos a sus inspiraciones, realizando los correctivos necesarios que nos impiden vivir de manera nueva. La “Palabra” nos debe llevar a una vida activa, de compromiso, servicio y solidaridad con los que más sufren. El apóstol Santiago recuerda: «no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica».. En el evangelio de hoy, Jesús nos invita a encarnar y hacer vida la Palabra. Su actitud solidaria le permite acercarse y tocar al ciego. Jesús invita a dejarse sorprender por el hermano que sufre sin esperar nada a cambio. Nos recuerda que la vida cristiana se basa en acciones concretas y no en ambigüedades. Preguntémonos, hermanos y hermanas, ¿cómo encarnamos la Palabra que a diario escuchamos? ." (Koinonía)

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