"Al salir de allí, lo siguieron dos ciegos gritando:
- Ten piedad de nosotros, Hijo de David.
Cuando entró en la casa. se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
- ¿Creéis que puedo hacerlo?
Ellos dijeron:
- Sí, Señor.
Entonces tocó sus ojos diciendo:
- Que os suceda según vuestra fe.
Y se abrieron sus ojos.
Jesús les ordenóterminantemente:
- Tened cuidado de que nadie lo sepa.
Pero ellos, nada más salir, lo publicaron por toda aquella comarca."
Mateo nos presenta un relato conciso, casi esquemático. No nos quiere distraer de la profundidad simbólica que tiene.
La ceguera, en el Evangelio, es algo más que un defecto físico. Ciego es aquel que no ve la Verdad; que sólo ve su verdad, sus cosas, sus intereses, sus ideas...
Andan gritando detrás de Jesús, pero Él no les hace caso hasta que entran en la casa. Hoy leía, que la mayoría de las veces que rezamos, pedimos a Dios que dos más dos no sean cuatro...Pedimos lo imposible, lo que nos interesa aunque no sea lógico...Y luego nos enfadamos porque Dios "no nos escucha". La primera condición de la oración es entrar en la casa. En otro texto Jesús nos pide que entremos en nuestra habitación. No se refiere tanto a buscar la soledad, como a entrar con Él en la casa, en nuestro interior, para ver su voluntad. Entrar en el Evangelio. Es allí donde se despertará nuestra verdadera Fe y dirimos sí al Señor. Es allí donde las cosas sucederan según nuestra Fe.
Los ciegos, a pesar de la prohibición, anunciaron por toda la comarca lo ocurrido. La mejor forma de evangelizar, es con nuestro ejemplo. Mostrando las grandezas que Dios hace en nosotros.
En este Adviento todos debemos considerarnos ciegos...porque lo somos. ¿Acaso no vemos solamente nuestros intereses?¿Acaso no estamos ciegos ante el dolor y las injustícias que sufren los otros?¿Acaso nuestra vista no se haya enturbiada por el dinero, el poder, el placer y el egoísmo?
Jesús es la luz. Si lo creemos y nos reconocemos ciegos, Él nos llenará de esa Luz que tanto necesitamos. Y seremos, a la vez, Luz para los demás...
Ante la majestuosidad, pureza y claridad de la Luz de Dios, decidimos cerrar los ojos por miedo a cegarnos. El ser humano es contradictorio.
ResponderEliminarUn Abrazo, Joan.
Se te apodera, la sociedad, los problemas de cada dia, y los que van ha venir; es la supervivencia!.
ResponderEliminarCuando el alma se serena, y el recogimiento es efectivi: es cuando se puede ber, si es que hestas avierto para ello una abraçada
Jesús interpela su fe: «¿Creéis que puedo hacerlo?». Si ellos se han acercado al Enviado de Dios es precisamente porque creen en Él. A una sola voz hacen una bella profesión de fe, respondiendo: «Sí, Señor». Y Jesús concede la vista a aquellos que ya veían por la fe. En efecto, creer es ver con los ojos de nuestro interior.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Pienso que en un momento de completa serenidad interior uno está más receptivo y puede verse mejor y sentir la luz divina.
ResponderEliminarEn todo caso, es cierto que muchos estamos ciegos...
Me gustó tu entrada.
Te dejo muchos saludos.
Bona nit Joan Josep:
ResponderEliminarEstá muy bien esta imegen que has puesto, esta Sociedad de consumo no nos deja ver más allá de lo material.
Como siempre me has hecho reflexionar.
Una abraçada germá, Montserrat
joan , esta entrada , me gusta, me dice, que muchas cosas de las que pienso ( y a veces digo)son correctas.
ResponderEliminarA solas, "en la casa de uno mismo" se ve con un poco más de claridad... Sé que, en casi todas las ocasiones, no encuentro las palabras justas y oportunas para explicar lo que me dicta mi conciencia y esto no es bueno a la hora de comunicarme.
Si, todos estamos un poco ciegos pero, ¿ no es cierto que intentamos hacer lo que podemos por los demás ? Hemos de aceptar que el instinto de supervivencia ( comun a todos los mortales) nos frena en cierta medida. No creo que esto se pueda erradicar en el hombre. Apesar de todos los pesares hacemos pequeñas cosas que mejoran la vida y la convivencia. Tú mismo eres ejemplo de ello. Escuchamos, ponemos sentimientos nobles para entregarnos, y muchos hombres hacen un trabajo reparador y de consuelo...en un silencio que los dignifica.
¿ Qué haría falta más ? Si.
Un abrazo, cálido, en este sabado frio.
Cuando ayudamos a quien lo necesita, estamos propagando la luz de Jesús...y a la vez nos cura a nosotros de nuestra ceguera hacia los problemas de los demás. Un abrazo.
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