"- En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.
Tomás le dice:
- Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?
Jesús le responde:
- Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.
Felipe le dice:
- Señor, muéstranos al Padre y nos basta.
Jesús le replica:
- Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre."
En este fragmento, Tomás y Felipe nos representan a todos los hombres. Ignoramos cuál es nuestro destino. No sabemos a dónde vamos y, evidentemente, desconocemos el camino. Jesús nos muestra la meta: el Padre, la plenitud con Dios. Ese "lugar" al que estamos destinados, es el corazón amoroso del Padre.
Y surge Felipe con nuestra eterna condición: "Muéstranos al Padre. Esto nos basta". No es de extrañar que Jesús pierda un poquito la paciencia, porque en su vida no ha hecho más que mostrarnos dónde encontrar a Dios. No ha dedicado sus días a participar en grandes ceremonias ni a adoctrinar sobre dogmas, sino a dar la vista a los ciegos, hacer andar a los paralíticos, expulsar el mal de los corazones..."Quien me ve a mi ve al Padre". Que es como decir, es en el Hombre donde encontraréis a Dios. ¿No nos dijo que dar de comer, de beber, vestir...a un sencillo hombre, es darle de comer, de beber y vestirlo...a Él?
Veintiún siglos después, cuando alguien nos pregunta quién es Dios, nosotros seguimos dando a leer manuales de teología o el Catecismo Católico de la Iglesia. Seguimos sin entender que Él es el Camino: que es a través del Hombre, con Jesús a la cabeza, como llegaremos a Dios. Seguimos sin entender que Él es la Verdad: no nuestra verdad intelectual que creemos tan importante, sino la Verdad del que da su vida por los demás, de quien ratifica con sus obras lo que dice. Seguimos sin entender que Él es la Vida: no nuestras posesiones, nuestros títulos, nuestro dinero, sino una existencia plena de Amor.
El texto acaba con una gran inyección de esperanza. Otro mundo es posible:"El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores". Si creemos en Él, si tenemos Fe en el Hombre, podemos cambiar este mundo, podemos llenarlo de obras de Amor...
Y no estamos solos. En el horizonte se avecina Pentecostés, para recordarnos que el Espíritu está con nosotros...
BON DIA JOAN JOSEP:
ResponderEliminarEs estupendo el video, es un estil com els que devagades ens poso a les trovadfes de Cáritas.
Costa tan concienciar en una Societat de consum com aquesta.
I l´Evangeli si sapiguessim trobar al Pare, amb Jesús, viuriem més en Pau.
Una abraçada, Montserrat
Una abraçada, Montserrat
Clarísimo Joan Josep, como siempre
ResponderEliminarUn abrazo
Buscamos a Dios como desesperados y resulta que ÉL está en cada personita que asoma su cabeza al mundo,crece,se relaciona ,yerra,cae,se levanta,pide ayuda,se entrega,carece de pan,ama al cercano y al lejano..
ResponderEliminarEse buscar a Dios en lo abstracto nos aleja de lo cotidiano.
Qué pequeños somos!!
Besucos ,hermano
Gó