El Anacoreta dijo a su joven seguidor:
- Hablamos, defendemos con fuerza, discutimos con pasión...,pero por desgracia, demasiadas veces nos quedamos en ideas, en pura teoría. Defendemos que lo importante es amar, luchar por la justicia, vivir para los demás..., y se queda todo en palabras.
Miró al joven unos instantes y prosiguió:
- Lo que importa es lo que vivimos. ¿Nuestra conducta se corresponde con nuestras palabras? Hemos de reconocer, que, por mucho que creamos hacer, siempre hay una desproporción entre lo que decimos y lo que hacemos; entre lo que proclamamos y lo que vivimos. Por eso debemos tener la humildad de pedir cada noche, antes de dormir, fuerzas para poner en práctica lo que decimos y proclamamos...Solos no podemos nada, únicamente hablar...
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NOTA:Algunos me han comunicado que cuando intentan enviarme un comentario no pueden hacerlo. Os dejo mi Email para que me lo comuniquéis, para poder consultar con blogger para saber que ocurre y si queréis me mandáis el comentario e intentaré colgarlo yo.
koffi1948@hotmail.es
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Hola Juan Josep:
ResponderEliminar¿Que sería yo sin pedirle fuerzas a Dios?
La Fe en El, es la fuerza psicológica que actua cual vitamina.
Yo de momento si pouedo comentar.
Una abraçada, Montserrat
El poder ablar, ya se es conscient por tanto:piensas,y pensar es sentir,y comprender. una abraçada
ResponderEliminarSabes qye a veces lo único que podemos es eso,hablar,con el corazón por muchos motivos,pero te acompaño en el deseo de pedir en las oraciones de la noche que nuestro hablar y hacer vayan de la mano.
ResponderEliminarBesucos hermano
Gó