"En aquel tiempo fue Jesús desde Galilea al río Jordán, a donde estaba Juan, para que este le bautizase. Al principio, Juan se resistió diciendole:
– Yo tendría que ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
Jesús le contestó:
– Déjalo así por ahora, pues es conveniente que cumplamos todo lo
que es justo delante de Dios.
Entonces Juan consintió. Jesús, una vez
bautizado, salió del agua. En esto el cielo se abrió, y Jesús vio que el
Espíritu de Dios bajaba sobre él como una paloma. Y se
oyó una voz del cielo, que decía:
- Este es mi Hijo amado, a quien he
elegido."
El Bautismo del Jordán significa para Jesús un antes y un después. El hijo del carpintero pasa a ser el Hijo amado, el elegido del Padre. El bautismo es para Jesús un encuentro, la experiencia de Dios, el momento en que el Espíritu se posa sobre Él. A partir de ese momento Jesús empezará a recorrer Galilea sanando, devolviendo la vista, curando a leprosos, expulsando demonios, haciendo caminar...Su experiencia de filiación le lleva a derramar ese amor del padre sobre todos.
Todos necesitamos tener una experiencia de Dios. Por eso hemos de buscar momentos de silencio, de contacto con la naturaleza, de entrega a los más desfavorecidos, de amor a los que nos rodean. Es en esos momentos que nos sentiremos llenos de Dios, que, como Jesús, nos sentiremos llenos de su Espíritu e hijos del Padre. Y esa experiencia, hará cambiar por completo nuestras vidas...
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domingo, 12 de enero de 2014
EXPERIENCIA DE DIOS
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