En la vida, todos experimentamos momentos de "inseguridad". No sabemos hacia dónde dirigirnos, qué hacer, cómo enfrentarnos a los problemas. Anthony de Mello enunciaba cuatro hechos que debíamos examinar y comprender para enfrentarnos a la inseguridad:
1.- Es inutil intentar mitigar los sentimientos de inseguridad cambiando las cosas exteriores a nosotros. El alibio que consigamos no será duradero. Es inútil mejorar la apariencia física o intentar hacer más dinero.
2.- Piensa que hay personas que estando en la misma situación que tú, no sienten la más mínima inseguridad. Es decir, el problema no depende del exterior, sino que depende de ti, de tu "programación".
3.- Esta "programación" te la transmitieron personas inseguras en tu juventud cuando eras impresionable. Te enseñaron que cuando el exterior no se ajusta a una norma has de reaccionar intentando cambiar el exterior para conseguir seguridad. Si caes en la cuenta de que esto no sirve para nada, te distanciará del problema y obtendrás un considerable alivio.
4.- Siempre que te sientas inseguro acerca de lo que puede depararte el futuro, limítate simplemente a recordar que en los últimos seis o doce meses has estado igualmente inseguro acerca de los acontecimientos que habrían de producirse y, que cuando estos se produjeron, te las arreglaste de un modo u otro para dominarlos. Y no precisamente gracias a tu preocupación anterior, que sólo sirvió para hacerte sufrir.
Es un campo avonado, para ser pasto de depredadores: que son aquellos de caracter dominante que apsorven las voluntades,aniquilando al individuo
ResponderEliminarHola Joan Josep.
ResponderEliminarJo mira si sóc insegura que cada día amb poso a mans de Déu i la meva pregária es que amb dongui forces, després vindrá lo que vingui, només li demano forces.
Una abraçada germà, Montserrat
Esto que comentas en el post nos pasa cuando no nos abandonamos en las manos del Padre Dios, pensando que si somos capaces de modificar hábitos externos podemos modificar en todo o en parte la situación que nos angustia. Pero esto es completamente falso, porque nuestro exterior lo modificaremos, pero la angustia y la ansiedad siguen ahí sin moverse ni un ápice. Cuando el miedo, la angustia o la ansiedad nos asaltan sólo nos queda un recurso, el abandono en las manos del Padre Dios. A este recurso llegamos cuando caemos en la cuenta que el problema que nos preocupa seguirá ahí hasta que seamos capaces de pegar el salto a las manos del Padre Dios y llegar a este punto es haber solucionado el 50% del problema. El otro 50% restante vendrá cuando no sólo peguemos el salto sino que además confiemos plenamente en el Padre Dios, sabiendo que el cielo está más alto que la tierra y que los planes de Dios son más latos que nuestros planes. Nada malo nos puede suceder estando como está todo bajo la providencia divina. Si Dios lo permite es porque es bueno para nosotros y para el prójimo. Entonces si, entonces ha llegado la hora de modificar; modifiquemos y no sólo desaparecerá la angustia sino que habremos conseguido un cambio radical en nuestro espíritu, también en nuestra vida.
ResponderEliminarJoan Josep!!
ResponderEliminarabrazos aun no puedo creer haber encontrado tu blog soy Gisella y solia escribir en el foro hace ya mas de 10 años, las cosas lindas que tiene la vida, imagino estas bien, me alegro mucho Dios te bendiga :)
¡Uy! Hace mucho del Foro. Todavía estaba en Cambrils. Ahora vivo en Barcelona. Estoy bien. Espero que tú también lo estés. Un abrazo: Joan Josep (Koffí en el foro)
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