Celebrábamos el otro día la festividad de tres arcángeles; hoy la de los Ángeles Custodios. En el evangelio encontramos a menudo la figura de los ángeles. Son enviados de Dios y siempre para dar buenas noticias o para confortar a Jesús. La iconografía nos presenta unos seres afeminados y dulzones. Sin embargo, Ángel es aquel que habla en nombre de Dios y que conforta a los demás. ¿Por qué no ser nosotros también ángeles para los demás? ¿ Por qué no intentar ser aquellas personas que procuran siempre el bien de los otros y que transmiten la Buena Nueva?
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