"Vosotros los fariseos limpiáis por fuera el vaso y el plato, pero por dentro estáis llenos de lo que habéis obtenido mediante el robo y la maldad. ¡Necios!, ¿no sabéis que el que hizo lo de fuera hizo también lo de dentro? Dad vuestras limosnas de lo que está dentro y así todo quedará limpio.
¡Ay de vosotros, fariseos!, que separáis para Dios la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero no hacéis caso de la justicia y el amor a Dios. Esto es lo que se debe hacer, sin dejar de hacer lo otro.
¡Ay de vosotros, fariseos!, que deseáis los asientos de honor en las sinagogas y ser saludados con todo respeto en la calle.
¡Ay de vosotros, que sois como esas tumbas ocultas a la vista, que la gente pisotea sin darse cuenta!
Uno de los maestros de la ley le contestó entonces:
– Maestro, al decir esto nos ofendes también a nosotros."
Hoy he puesto algo más que una frase, porque el texto lo merece.
Jesús nos habla a todos. Los maestros entendieron que no sólo hablaba a los fariseos y se ofendieron. Hoy, esas frases nos van dirigidas a nosotros que vivimos en la cultura de la apariencia. La imagen es lo que cuenta. Los políticos tienen asesores de imagen. La gente que quiere demostrar poder, empezando por nuestros jerarcas, se visten con ropajes excesivos. Viven en edificios que aparenten y utilizan coches de lujo. Lo que importa es la imagen, no lo que somos. Una cultura en que se busca ser más que el otro, y se consigue por la vía fácil: las apariencias.
Hay textos que al leerlos hacen de nosotros lo que su autor nunca pensó que harían.
ResponderEliminarTe invitamos a participar en nuestro reto de Halloween, a ver si logramos que las palabras crezcan dentro de alguien como nunca imaginamos.
Un besazo.