"Llamad y se os abrirá."
A veces nos quejamos de que Dios no escucha nuestras oraciones. Somos nosotros los que debemos escucharle a Él. La puerta de Dios siempre está abierta. Nos está esperando como el padre al hijo pródigo. Pero, ¿nosotros abrimos cuando llaman a nuestra puerta? ¿Pensamos que el que llama viene a molestarnos, o nos damos cuenta de que el que llama es Él en persona? ¿Hacemos de las necesidades de los demás nuestras necesidades?
Están llamando a la puerta de Europa. ¿ Abrimos o cerramos?
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