Nuestra sociedad nos invita a vivir el momento presente. El problema empieza cuando lo presente se convierte en lo inmediato, lo superfluo y nos impide ver lo que sucede a nuestro alrededor. Por eso Jesús nos invita a mantener las lámparas encendidas, a ver. Estoy preparado ahora, cuando vivo para los demás, cuando en ese momento presente están incluidos los otros. Cuando se ver lo que ocurre a mi alrededor y actúo en consecuencia. Dios nos encontrará con las lámparas encendidas si estoy luchando por el Reino, es decir, por la justicia, ayudando, amando...
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