lunes, 1 de febrero de 2016

LA LUCHA CONTRA EL MAL


"Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó.(...)Ellos le rogaron que se marchara de su país."

Jesús libera a un endemoniado. El diablo se mete en la piara de cerdos y estos se ahogan. Los habitantes del lugar le piden que se marche.
Está claro que Jesús ha librado del mal a aquella gente. Por cierto, no son judíos. Pero esa gente lo rechaza y le piden que se marche. De hecho acaba de dejarlos sin dos mil cerdos, que era su riqueza.
Librarnos del mal supone deshacernos de nuestro poder, de lo nuestro. Y eso no nos gusta. Asistimos estos días a una riada de personas huyendo del mal. Unos de la guerra y otros de la miseria. Pero para Europa, acogerlos, librarlos del mal, supone que nosotros tengas que desprendernos de los nuestro, hacer sacrificios. Destruir nuestros cerdos, nuestras riquezas injustas. Eso no lo aceptamos y las soluciones que pactaron nuestros gobiernos siguen sin llevarse a cabo. ¡18 refugiados sirios han llegado a España¡ ¿Dónde está el resto que pactamos? Mientras, los grupos racistas siguen protestando en toda Europa.
El endemoniado le pide a Jesús unirse a su grupo. Jesús le pide que siga con los suyos y les anuncie la misericordia que Dios ha tenido con él. Aquellos hombres necesitaban el testimonio de quien había sido librado del mal. ¿Sabemos dar testimonio, o nos quedamos disfrutando de lo bien que nos va a nosotros?

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