"En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: Juan bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan con él."
La fama de Jesús empieza a extenderse. Juan ya ha sido decapitado por Herodes; por eso algunos piensan que quizá Jesús es Juan resucitado. Otros dicen que es Elías, que tenía que venir antes del Mesías. Otros lo consideran un profeta. Marcos aprovecha para contarnos la historia de la muerte de Juan por Herodes, obligado por Herodías y sus promesas tras el baile de Salomé. Y es que la espiritualidad y el poder nunca se han llevado bien. Digo "espiritualidad", no religión. Por desgracia, la religión, a lo largo de la historia, ha ido demasiadas veces del brazo del poder. Eso, siempre ha despojado a la religión de la espiritualidad y la ha convertido demasiadas veces en simple ideología. Se acusa a la religión de provocar guerras. Eso ocurre cuando se despoja de su verdadera esencia, que es la espiritualidad, y que da sólo en ideología. No son guerras de religión. Son guerras de ideología.
La espiritualidad siempre desemboca en el amor. Amor a Dios y amor al prójimo. Amor a la naturaleza y amor a la vida. Interioridad que se desborda al exterior. Esa es la Buena Nueva de Jesús: que Dios es Amor y nosotros debemos ser Amor.
Si Joan Josep, las ansias de poder provocan las guerras.
ResponderEliminarBuena reflexión.Feliç diumenge, Montserrat