Estaban ilusionados. Querían formar una comunidad acogedora, abierta...Pasaron muchas horas reunidos planificando actividades, sus características, buscando el lugar para establecerla, pensando cómo debería ser.
El Anacoreta pensó:
- Si todo esto no se concreta en una comunidad de oración...será un fracaso.
Una vez más se refleja la sabiduría del Anacoreta.
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