"Ahora, al obedecer al mensaje de la verdad, habéis purificado vuestras almas para amar sinceramente a los hermanos. Amaos, pues, unos a otros con corazón puro y con todas vuestras fuerzas, pues habéis vuelto a nacer, y esta vez no de padres mortales, sino de la palabra de Dios, viva y permanente. Porque la Escritura dice:
“Todo hombre es como hierba,
y su grandeza es como la flor de la hierba.
La hierba se seca y la flor se cae,
pero la palabra del Señor permanece para siempre.”
Esta palabra es el evangelio que se os ha anunciado."
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Hoy nos fijaremos en este fragmento de la primera carta de Pedro. El autor nos dice que la Palabra da la vida. Por ella hemos vuelto a nacer. Y esta nueva vida es el amor. Para Pedro el núcleo de toda la predicación de Jesús es el Amor. Toda pasa, menos esta Palabra de amor. Si de verdad somos fieles a la Palabra de Dios, debemos amarnos unos a otros, "con todas nuestras fuerzas".
Este es el sello del verdadero cristiano. Esta es la verdadera Vida del seguidor de Jesús.
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