"He venido a encender fuego en el mundo, ¡y cómo querría que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por una terrible prueba, ¡y cómo he de sufrir hasta que haya terminado! ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues os digo que no, sino división. Porque, de ahora en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra."
Este evangelio, de entrada, nos puede causar estupor. En Belén los ángeles cantaban "paz en la tierra" y Jesús, en la Última Cena pedía al Padre que "sean uno".
El fuego del que habla Jesús es el fuego del amor. Pero Él es consciente, que este amor causará la división en este mundo. Es la lucha entre la entrega y el egoísmo. Es la diferencia entre vivir la vida para los demás, o encerrados en nosotros mismos, buscando sólo nuestro provecho. Si escogemos seguir a Jesús, no tendremos un camino fácil. Pero este es el único camino, el del Amor. Si somos sus discípulos, nuestro corazón arderá con este fuego.
Este evangelio, de entrada, nos puede causar estupor. En Belén los ángeles cantaban "paz en la tierra" y Jesús, en la Última Cena pedía al Padre que "sean uno".
El fuego del que habla Jesús es el fuego del amor. Pero Él es consciente, que este amor causará la división en este mundo. Es la lucha entre la entrega y el egoísmo. Es la diferencia entre vivir la vida para los demás, o encerrados en nosotros mismos, buscando sólo nuestro provecho. Si escogemos seguir a Jesús, no tendremos un camino fácil. Pero este es el único camino, el del Amor. Si somos sus discípulos, nuestro corazón arderá con este fuego.
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