"Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer gritó de en medio de la gente:
– ¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!
Él contestó:
– ¡Dichosos más bien los que escuchan el mensaje de Dios y le obedecen!"
Nuestro camino de discípulos debe ser este: estar a la escucha de la Palabra, meditarla y ponerla en práctica. No somos dichosos por nuestros títulos, sino por nuestra vida, por cómo encarnamos la Palabra de Dios en nosotros.
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