"También entonces llegaron algunos fariseos, a decirle a Jesús:
– Vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
Él les contestó:
–Id y decidle a ese zorro: ‘Mira, hoy y mañana expulso a los demonios y sano a los enfermos, y pasado mañana termino.’ Pero tengo que seguir mi camino hoy, mañana y al día siguiente, porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, pero no quisisteis! Pues mirad, vuestro hogar va a quedar desierto. Y os digo que no volveréis a verme hasta que llegue el tiempo en que digáis:
- ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!"
Jesús no teme a Herodes. Él conoce que su fin será en Jerusalén. No duda en seguir su camino. Lo que le sabe mal es que no le sigan ni le acojan. El camino de Jesús no lleva a la muerte, sino a la vida, a la Resurrección. Nosotros también debemos seguirlo sin temer las dificultades y los enemigos que podamos encontrar en él. Jesús nos protegerá como la gallina acoge a sus polluelos bajo sus alas. |
miércoles, 26 de octubre de 2016
SEGUIR EL CAMINO (JUEVES)
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