"Después de esto escogió también el Señor a otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir.
Les dijo:
- Ciertamente la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por eso, pedidle al Dueño de la mies que mande obreros a recogerla. Andad y ved que os envío como a corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni monedero ni sandalias, y no os detengáis a saludar a nadie en el camino. Cuando entréis en una casa, saludad primero diciendo:
- Paz a esta casa.
Si en ella hay gente de paz, vuestro deseo de paz se cumplirá; si no, no se cumplirá. Y quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, pues el obrero tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde os reciban bien, comed lo que os ofrezcan; y sanad a los enfermos del lugar y decidles:
- El reino de Dios ya está cerca de vosotros."
Hoy es la festividad de san Lucas. Por esto se nos propone este evangelio, que ya comentamos no hace mucho; pero como estamos en la semana del Domund, de las misiones, este texto es muy pertinente.
Fijémonos que Jesús envía a setenta y dos discípulos. En la Biblia, los números siempre tienen un carácter simbólico. Enviar a setenta y dos es enviarlos a todos, la plenitud. Y es que todos, si somos sus discípulos, somos misioneros, enviados. Y lo hemos de hacer de dos en dos. El sentido de comunidad es esencial para el cristiano. Hoy se nos repite por todas partes, que la fe es algo privado, personal. Ciertamente lo es, pero los cristianos la vivimos en comunidad.
El texto nos señala también, que somos enviados a llevar la paz. Debemos mostrar el amor de Dios con sencillez, con nuestro ejemplo. Curando el cuerpo y el espíritu de los que se cruzan con nosotros. Anunciando el Reino de paz y de justicia que está cerca si nosotros contribuimos a crearlo.
Sabemos que estos discípulos regresaron alegres y contentos. Que sea lo mismo para nosotros. La alegría de quien se ha entregado a los demás.
Hoy es la festividad de san Lucas. Por esto se nos propone este evangelio, que ya comentamos no hace mucho; pero como estamos en la semana del Domund, de las misiones, este texto es muy pertinente.
Fijémonos que Jesús envía a setenta y dos discípulos. En la Biblia, los números siempre tienen un carácter simbólico. Enviar a setenta y dos es enviarlos a todos, la plenitud. Y es que todos, si somos sus discípulos, somos misioneros, enviados. Y lo hemos de hacer de dos en dos. El sentido de comunidad es esencial para el cristiano. Hoy se nos repite por todas partes, que la fe es algo privado, personal. Ciertamente lo es, pero los cristianos la vivimos en comunidad.
El texto nos señala también, que somos enviados a llevar la paz. Debemos mostrar el amor de Dios con sencillez, con nuestro ejemplo. Curando el cuerpo y el espíritu de los que se cruzan con nosotros. Anunciando el Reino de paz y de justicia que está cerca si nosotros contribuimos a crearlo.
Sabemos que estos discípulos regresaron alegres y contentos. Que sea lo mismo para nosotros. La alegría de quien se ha entregado a los demás.
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