"Os aseguro que si un grano de trigo no cae en la
tierra y muere, seguirá siendo un solo grano; pero si muere, dará fruto
abundante.
El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.
Si alguno quiere servirme, que me siga; y
donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, mi
Padre le honrará."
La vida fecunda es la que se entrega. Es la vida que va muriendo poco a poco por los demás. San Lorenzo era diácono. En aquellos tiempos eran los que se dedicaban a ayudar a los pobres, las viudas y los huérfanos. Entregó su vida en el martirio, pero ya lo iba haciendo día a día con su amor a los necesitados.
Si queremos dar fruto, debemos entregar nuestra vida a los demás.
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