"Mientras andaban juntos por la región de Galilea, Jesús les dijo:
– El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres,
y lo matarán; pero al tercer día resucitará.
Esta noticia los llenó de tristeza.
Cuando Jesús y sus discípulos llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto para el templo fueron a ver a Pedro, y le preguntaron:
– ¿Tu maestro no paga el impuesto para el templo?
– Sí, lo paga – contestó Pedro.
Luego, al entrar Pedro en casa, Jesús se dirigió a él en primer lugar, diciendo:
– ¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes cobran impuestos y contribuciones los reyes de este mundo: a sus propios súbditos o a los extranjeros?
Pedro contestó:
– A los extranjeros.
– Por lo tanto – añadió Jesús –, los propios súbditos no tienen que pagar nada.
Pero, para que nadie se ofenda, ve al lago y
echa el anzuelo. En la boca del primer pez que pesques encontrarás una
moneda que será suficiente para pagar mi impuesto y el tuyo. Llévatela y
págalos."
El texto de hoy tiene dos partes. En la primera Jesús anuncia su muerte, pero también su resurrección. Los discípulos se quedaron tristes, porque sólo comprendieron la muerte. No creyeron en la resurrección. Eso quedó claro tras la crucifixión. Nadie esperaba que resucitara.
En la segunda parte nos muestra su condición de Hijo de Dios. Por ello está por encima del Templo. A nosotros, nos enseña, que como también somos hijos de Dios por su encarnación, debemos buscar nuestra unión con Dios más allá de los templos, las oraciones, los ritos. A Dios lo encontramos viviendo con plenitud, entregados a nuestros hermanos. Es decir, amando.
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lunes, 14 de agosto de 2017
HIJOS DE DIOS
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Jesús, el Fill de Déu Viu!...I hem de trobar el Pare, estimant! Pare Nostre !!!
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