"Sed compasivos, como también vuestro Padre es compasivo. No juzguéis a nadie y Dios no os juzgará a vosotros. No condenéis a nadie y Dios no os condenará. Perdonad y Dios os perdonará. Dad a otros y Dios os dará a vosotros: llenará vuestra bolsa con una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Dios os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás."
Nuestra actuación debe ajustarse a la del Padre. Él nos recibe a todos con los brazos abiertos, sin juzgarnos ni condenarnos. Él nos perdona siempre. Por eso nuestra vida ha de ser una vida de entrega. Ese es el camino que nos señala Jesús.
"Nos encontramos hoy, en el relato lucano, con la segunda parte de lo que se denomina el discurso del llano. En el cual Jesús presenta la forma de ser de Dios como el camino que él invita a los discípulos a entrar. Jesús llama a la compasión, así como el Padre es compasivo, la invitación es a ser compasivo, de forma efectiva. Una persona que se abra, de manera total y comprometida al amor se vuelve generosa al Dios que Jesús reveló. Es urgente y además necesario que todo hombre y mujer que crea en Jesús asuma en su propia vida, la manera de ser de Dios. Es el amor que ofrecemos a los demás, la manera de ser y de relacionarnos con los otros, lo que en definitiva fabrica la medida con la que seremos medidos en la historia. El amor, la bondad, la ternura, la generosidad, el perdón, hacen posible que la humanidad florezca en medio de la historia. Que este tiempo de cuaresma nos haga personas compasivas, como lo es el Padre Dios." (Koinonía)
"Sigueu misericordiosos com el vostre Pare és compassiu. No judiqueu, i no sereu judicats;. No condemneu ningú, i no sereu condemnarà. Perdoneu i Déu us perdonarà. Doneu, i us donaran: us abocaran a a la falda una bona mesura, atapeïda, sacsejada i plena. Déu us mesurarà amb la mateixa mesura amb què vosaltres mesureu als altres. "
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