"Porque os digo que si no superáis a los maestros de la ley y a los fariseosc en hacer lo que es justo delante de Dios, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que a vuestros antepasados se les dijo: ‘No mates, pues el que mata será condenado.’ Pero yo os digo que todo el que se enoje con su hermano será condenado; el que insulte a su hermano será juzgado por la Junta Suprema, y el que injurie gravemente a su hermano se hará merecedor del fuego del infierno.
Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.
Si alguien quiere llevarte a juicio, procura ponerte de acuerdo con él mientras aún estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo."
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Nos cuesta pedir perdón y nos cuesta reconciliarnos. A lo largo del día es posible que pronunciemos bastantes veces la palabra perdón. Pero no se trata de pronunciarla, sino de gravarla en nuestro corazón. Reconciliarse es la única manera de curar las heridas. No podemos dirigirnos a Dios, si el rencor está en nuestro corazón.
"La vida cristiana es un itinerario fuerte y complejo. El genuino cristianismo que radica en seguir a Jesús, adherirse a él y proseguir su causa tiene por tarea fundamental destruir la lógica natural humana basada en el egoísmo y en el acaparamiento. Esta lógica trae consigo una carga fuerte de revancha, desquite y no perdón. Es expresión de la vida más natural el “me la hiciste, entonces me las pagas” Jesús propone un itinerario diferente. Invita a asumir otra lógica, que podemos llamar “la antilógica humana” La reconciliación se convierte en el llamado y la exigencia clara que Jesús le plantea a sus seguidores. No se puede estar adherido a Jesús y seguir con la lógica de nuestra herencia animal. El Evangelio tiene exigencias. No puede existir el cristianismo sin exigencia ética. Por ello el imperativo de Jesús es cambiar la simbólica y el imaginario de violencia, de revancha, para entrar en la lógica del perdón, la reconciliación y la paz. Que en esta cuaresmo hagamos bien la tarea." (Koinonía)
sí que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.
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