Llegaban al desierto, constantemente, noticias de la violencia que reinaba en muchos lugares del mundo. Por eso, mientras descansaban a la sombra de la palmera después de trabajar en el huerto, dijo el Anacoreta:
- Por desgracia, siempre ha habido violencia sobre la Tierra. Por eso Jesús dijo: "Felices los que trabajan por la paz".
Miró a su joven seguidor y prosiguió:
- La no-violencia es la fuerza más grande que la humanidad tiene a su disposición. Es más poderosa que cualquier arma, por terrible que sea. Pero, la no-violencia no es fácil. No se trata solamente de ser pacíficos. Se trata de amar a los que nos odian, a los que nos hacen daño, a los que no quieren matar...Sin embargo, ahí tenemos el ejemplo de Jesús perdonando a los que lo crucificaban...
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