Ayer celebrábamos la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la Fiesta del Amor. Una festividad que nos enseñaba la inmensidad del amor de Dios para nosotros. Un Jesús que se entregó hasta el final por toda la humanidad.
El Evangelio, sobre María, nos dice algo muy importante: "guardaba todas esas cosas (lo que veía y oía de Jesús), en su corazón." Si el corazón de Jesús nos enseña a amar hasta el final, el de María nos invita a guardar a Jesús en nuestro corazón. María se hizo esclava del Señor. Nos enseña, que nosotros hemos de escuchar la Palabra y guardarla en nuestro corazón, para ponerla en práctica; para transformarnos en otro Jesús. Para serle fieles hasta el final.
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