"En este texto el evangelio aclara qué es eso de seguir a Jesús. Esto significa entrar con él en una frágil barca en medio de las tempestades de la vida. Los discípulos creen ya en su persona, pero a la primera dificultad tiemblan. Jesús está tranquilo en la barca. Tan tranquilo que duerme. Seguir a Jesús es entrar en la conflictividad de la historia. Seguir a Jesús es vivir una vida en confrontación con los poderes políticos, económicos y hasta cósmicos que dominan este modelo de mundo. Seguirlo es comprometerse a cambiar el corazón, a atreverse a poner en la vida la bondad y la justicia. Algo que desconcierta a los poderes establecidos y por eso perseguirán a los seguidores de Jesús, como hicieron con Él hasta la muerte. Sin embargo, Jesús seguirá tranquilo en esta barca agitada de la iglesia y de la humanidad y sus palabras serán capaces de dominar el mar agitado de los acontecimientos de la historia." (Koinonía)
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