Os aseguro que vosotros lloraréis y estaréis tristes, mientras que la gente del mundo se alegrará. Sin embargo, aunque estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero cuando ya ha nacido la criatura, la madre se olvida del dolor a causa de la alegría de que un niño haya venido al mundo. Así también, vosotros os angustiáis ahora, pero yo volveré a veros y entonces vuestro corazón se llenará de alegría, de una alegría que nadie os podrá quitar. Aquel día ya no me preguntaréis nada. La alegría que Jesús nos dijo ayer que tendríamos, hoy nos dice que nadie podrá quitárnosla. No es una alegría cualquiera. Es la alegría que nos da el Espíritu, el Amor. Es la alegría de triunfar contra el mal. Es la alegría de quien se entrega y da la vida por los demás. La alegría de quien sabe ver a Dios en el pobre, en el perseguido, en el inmigrante, en el enfermo...Lo cual no quiere decir que no tendremos dificultades; pero Él no nos abandonará nunca y hará que produzcamos fruto y fruto abundante. |
viernes, 19 de mayo de 2023
ALEGRÍA QUE NADIE PODRÁ QUITARNOS
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