miércoles, 10 de mayo de 2023

PERMANECER UNIDOS

 


Yo soy la vida verdadera y mi Padre es el viñador. Si uno de mis sarmientos no da fruto, lo corta; pero si da fruto, lo poda y lo limpia para que dé más. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado. Seguid unidos a mí como yo sigo unido a vosotros. Un sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid. De igual manera, vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí.
Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer. El que no permanece unido a mí será echado fuera, y se secará como los sarmientos que se recogen y se queman en el fuego.
Si permanecéis unidos a mí, y si sois fieles a mis enseñanzas, pedid lo que queráis y se os dará. Mi Padre recibe honor cuando vosotros dais mucho fruto y llegáis así a ser verdaderos discípulos míos.

Si queremos dar fruto debemos permanecer unidos. Unidos a Jesús que es la vida y unidos entre nosotros que somos los sarmientos.
La imagen de la viña es muy explícita y nos ayuda a comprender la doctrina del Cuerpo Místico. Todos unidos a Jesús formamos un solo cuerpo. Es así como podemos dar mucho fruto. Un fruto que es la gloria del Padre. Es el fruto que dan quienes trabajan en el silencio en favor de los más pobres. En las tierras de misión, con los marginados...en las "periferias" como lo llama el Papa Francisco. 
Unidos a Jesús estamos seguros de que nuestros frutos son buenos, aunque no sean llamativos ni espectaculares. Pero seremos verdaderos discípulos suyos.

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