Jesús le contestó:
–Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Si me conocéis, también conoceréis a mi Padre; y desde ahora ya le conocéis y le estáis viendo.
Felipe le dijo entonces:
– Señor, déjanos ver al Padre y con eso nos basta.
Jesús le contestó:
– Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces? El que me ve a mí ve al Padre: ¿por qué me pides que os deje ver al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las cosas que yo os digo no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace su propia obra. Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; si no, creed al menos por las propias obras. Os aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre yo lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que me pidáis en mi nombre.
Jesús nos dice que Él es el camino, la verdad y la vida. No es un camino. Es "el" Camino; porque no hay otro que nos lleve al Padre. Un Camino que pasa por la Cruz, porque seguirlo significa entregarse. Es el Camino que nos lleva a los pobres, a los olvidados, a los que sufren...
Es "la" Verdad. No esa verdad que nos presenta nuestra sociedad, cargada de intereses personales. Transformada en nuestro provecho.
Es "la" Vida. Una Vida auténtica alimentada por el Amor. La única que tiene sentido.
En Jesús vamos al Padre, conocemos al Padre y vivimos al Padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario