Pero ahora me voy para estar con el que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta a dónde voy; al contrario, os habéis puesto muy tristes porque os he dicho estas cosas. Pero os digo la verdad: es mejor para vosotros que me vaya. Porque si no me voy, el defensor no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo dónde está la culpa, dónde la inocencia y dónde el juicio. La culpa la mostrará en ellos, porque no creen en mí; la inocencia, en mí, porque voy al Padre y ya no me veréis; y el juicio, en el que manda en este mundo, porque ya ha sido condenado.
Jesús se va pero no nos deja solos. Es natural que los apóstoles quedasen tristes, pero pronto se dieron cuenta de que no estaban solos. Jesús nos promete otra vez el Espíritu al que aquí denomina el Defensor.
Él nos muestra la culpa, los que no lo quieren recibir, los que no creen. La inocencia, Jesús que vuelve al Padre y el juicio del mal, del diablo que ya ha sido condenado.
Nosotros nunca debemos perder la esperanza. No estamos solos.
Gracias Señor por no a abndonar nos a pear de nuestrai ingratitud gracias ,
ResponderEliminar.por tu gran AMORRRR