lunes, 23 de octubre de 2023

EL ENGAÑO DE LAS RIQUEZAS

 Uno de entre la gente dijo a Jesús:
– Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
 Jesús le contestó:
– Amigo, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
 También dijo:
– Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas.
 Entonces les contó esta parábola: Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? ¡No tengo donde guardar mi cosecha!’ Y se dijo: ‘Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes. Luego me diré: Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y goza de la vida.’ Pero Dios le dijo: ‘Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que tienes guardado?’ Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios.

Posiblemente la principal causa del mal en el mundo sea la acumulación de riquezas. Creemos que la felicidad depende de lo que tenemos. Buscamos dinero, posesiones, porque esto nos da poder. Pero, ¿nos hace más felices?¿Nos damos cuenta de que lo que acumulamos les falta a otros? La felicidad la da el Amor. Saber compartir, buscar el bien de los otros, estar en paz con nosotros mismos y los demás, esto es lo que verdaderamente nos hace felices.

"En el Evangelio se nos habla de herencias y de familia. Es que hay gente tan rica que solo tiene dinero. Y de ahí vienen muchos problemas. Jesús no quiere mediar entre los que se le acercan para que haga de juez, pero sí darnos alguna norma, para saber cómo vivir y, sobre todo, para qué vivir. El dinero no es malo en sí, es necesario para vivir. Pero si todo gira en torno al dinero, a la necesidad de tener más y más, algo empieza a ir mal. Si no podemos compartir, nos alejamos de lo que Dios quiere, del destino universal de los bienes y de la idea de que todos somos hermanos. Nuestra legislación, a los religiosos, nos prohíbe acumular bienes como comunidad, gracias a la caja común, pero es bueno revisar cómo está nuestra habitación y, sobre todo, cómo está nuestro corazón. Este consejo es bueno para todos ¿Somos ricos ante Dios? ¿O nos apoyamos en lo material? ¿A qué estamos apegados? ¿Qué tal se nos da el compartir lo que tenemos, los bienes y el tiempo?
Otro tema para la reflexión hoy es el de la muerte. Así es la liturgia. No la elegimos nosotros, nos viene dada, para que no arranquemos ninguna página de los Evangelios. Y la muerte no está de moda en estos tiempos. Por eso, precisamente, no está de más, de vez en cuando, pararse a reflexionar sobre esta cuestión. Porque no sabemos ni el día ni la hora, Y no nos vamos a llevar nada de lo que tengamos en la tierra a la otra vida. Nada. Sólo podremos mostrarle al Señor todo el amor que hayamos acumulado en nuestro corazón. Pues eso, a pasar mucho tiempo delante de Dios, presentándole todos los nombres que nos preocupen e intercediendo por ellos. Para que se nos llene tanto que estalle al entrar en el cielo."
(Alejandro cmf, Ciudad Redonda)

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