martes, 24 de octubre de 2023

SABER ESPERAR CON LAS LÁMPARAS ENCENDIDAS

 


Estad preparados y mantened vuestras lámparas encendidas. Sed como criados que esperan que su amo regrese de una boda, para abrirle la puerta tan pronto como llegue y llame. ¡Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos! Os aseguro que los hará sentar a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a medianoche o de madrugada.

Muchas veces nos parece que Dios está ausente. Nos encontramos en la noche, en la oscuridad. Jesús nos pide que mantengamos nuestras lámparas encendidas y que esperemos al Señor. Esto significa que debemos estar atentos, cada instante de nuestra vida, porque Dios puede hablarnos por la naturaleza, por los acontecimientos, por los demás, sobre todo los más necesitados. Es allí donde Dios debe encontrarnos a su regreso. Atentos y entregados a los demás.
"Dios sabe lo que se hace. Por un hombre entró el pecado en el mundo, por otro hombre nos llegó la salvación. En nuestra carne débil estaba ya prevista la posibilidad de arreglar el problema, el mismo Hijo de Dios se hizo hombre. Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Incluso si nos sentimos los más grandes pecadores del mundo, siempre hay más gracias que condena.
El texto de hoy reúne varias parábolas sobre la vigilancia y la espera de la segunda venida del Señor. Debemos estar siempre esperando a Cristo, porque no sabemos ni el día ni la hora. Y estar preparados, porque el que viene es el Juez. Es una llamada para todos, pero para algunos, como ministros, más. Como misioneros, debemos ser ministros prudentes, porque hemos sido elegidos, hemos recibido mucho y nos han confiado una bellísima tarea: el anuncio del Reino. Si nos dormimos, si no compartimos lo recibido, si no tenemos puesto el traje del servicio, nos dirán un día que no hemos sido fieles. Mirar a Cristo, servidor siempre, hasta el ejemplo del Jueves Santo. Celebrar la Eucaristía con espíritu de servicio. Y como nuestro Fundador, vivir siempre en presencia de Dios, por Él y con Él."

(Alejandro cmf, Ciudad Redonda)

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