Paseaban el Anacoreta y su joven seguidor por la ciudad. Al cabo de un rato el anciano dijo:
- ¿Te has fijado en la cantidad de anuncios que hablan de cosas light, descafeinadas, 0% sin grasas, suaves...?
Asientió el joven mientras el Anacoreta proseguía:
- Lo mismo nos pasa a nivel del compromiso. Nuestra sociedad está llena de buenas voluntades, pero se trata de una buena voluntad difusa, general. La podríamos llamar descafeinada o calificarla de 0% sin compromiso.
Miró a su seguidor y le dijo:
- Nuestra actitud debería ser: "Aquí estoy, Señor. Habla que tu siervo escucha". Deberíamos una vez por todas, tomar una desión: Dios. Y vivir para Dios. Comprometernos de verdad.
El joven, dubitativo, repuso:
- Pero, ¿no podemos caer así en el fundamentalismo?
Sonrió el Anacoreta y le respondió:
- Hay una diferencia importante. El fundamentalista dice sí a una ideología. Nosotros decimos sí a una persona: Jesús. Supone seguirle e imitarle. Y él fue todo amor y respeto. Todo misericordia y perdón hacia los otros. Así nunca se puede ser fundamentalista. Además no lo seguimos para defender unas ideas, sino porque nos fiamos de Él...Dios no es una obligación. Es el Don del Amor absoluto.
Y continuaron su paseo
M'agrada aquesta comparació del compromís amb els productes "light". Certament, es palpa aquesta sensació que la gent en general no acaba de lliurar-se del tot, de refiar-se prou dels altres, que només es dóna una miqueta però sense voler que se'ls demani massa. Això de l'amor absolut aplicat a Déu o a la persona, que ens arriba a costar...!
ResponderEliminar(Gràcies per alguna oració que va sorgir a 15 minuts a peu de la Quiron. Mare i fill ja són a casa.)
Muy acertado el diálogo que nos ha expuesto.
ResponderEliminarGracias.
Sor.Cecilia
El fundamentalista siente su religión con la cabeza. A Dios se le siente en lo más profundo del Corazón... y desde ese lugar, la Acción siempre es Correcta y sobre todo Silenciosa y carente de propaganda.
ResponderEliminarUn Abrazo Joan.
Si Dios fuera una obligación,imagino habría menos creyentes .Por eso em siento liberdad,pues no me gusta la palabra obligación.Sí resònsabilidad,epro en la fé,es sólo eso:"..Habla que tu siervo escucha.."y entendiendo esto como acpetación acatamiento personal y maduro,como una elección libre de caminar siguiendo sus huellas....siempre limpias,aunque no fáciles.
ResponderEliminarMe gustó esta reflexión también.
No sabes cuánto re-nuevo con los pensamientos que nos dejas.
Besucos caminando
Gó
Hace algun tiempo que leo su bloc (a la sombra). Me gusta y creo que sus comentarios y escritos son un poco de aire fresco en este mundillo ciber...
ResponderEliminarEl compromiso: me apasiona saber de gente comprometida que son capaces de liderar, crear movimientos de solidaridad con una convicción que se transmite a su entorno.
Yo no soy así. Creo que mi lugar està como "segundo de cordada" y a veces es dificil para uno mismo ver donde puedo ser útil. Supongo que es estar atento a las oportunidades y dar el paso, o a lo mejor los pequeños compromisos de ayudar al compañero de trabajo siendo legal, no poner zancadillas. Cada uno en su sitio, como en una orquesta.
Atentamente
Pere
Pere. Los líderes no conseguirían nada sin esos "segundo de cordada". Y el verdadero comprometido es el que vive el día a día, sin ruído, intentando hacer la voluntad de Dios y amando a los que les rodean.
ResponderEliminarLos que me leeis desde la "sombra" sois los que más me motiváis a escribir. Los comentarios son importantes, pero no imprescindibles...Los espíritus se unen sintiendo juntos, aunque les separe la distancia. Un abrazo: Joan Josep