"Jesús se puso a hablarles otra vez por medio de parábolas. Les dijo:
- El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Envió a sus criados a llamar a los invitados, pero estos no quisieron acudir. Volvió a enviar más criados, encargándoles:
- Decid a los invitados que ya tengo preparado el banquete. He hecho matar mis novillos y reses cebadas, y todo está preparado: que vengan a la boda.
Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a sus tierras, otro a sus negocios y otros echaron mano a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos. Entonces el rey, lleno de ira, ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados:
- Todo está preparado para la boda, pero aquellos invitados no merecían venir. Id, pues, por las calles principales, e invitad a la boda a cuantos encontréis.
Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos,a y así la sala del banquete se llenó de convidados.
Cuando el rey entró a ver a los convidados, se fijó en uno que no iba vestido para la boda. Le dijo:
- Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no vienes vestido para la boda?
Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas:
- Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a la oscuridad. Allí llorará y le rechinarán los dientes. Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.”
La parábola de hoy Jesús la dirige, como la del domingo anterior, a los judíos, para decirles, que como ellos le rechazan, rechazan el Reino y Él lo abre a todos. Han matado a los profetas, se han negado a ir al banquete. La Alianza que estaba destinada al Pueblo de Dios se abre a todos los pueblos, a cualquiera que quiera aceptar la invitación. Hoy nos sigue diciendo lo mismo. El Reino está abierto a todos...
Permitidme que os haga leer la primera lectura de hoy, del profeta Isaías, porque aclara perfectamente esta parábola.
"En el monte Sión, el Señor todopoderoso
preparará para todas las naciones
un banquete con ricos manjares y vinos añejos,
con deliciosas comidas y los más puros vinos.
En este monte destruirá el Señor
el velo que cubría a todos los pueblos,
el manto que envolvía a todas las naciones.
El Señor destruirá la muerte para siempre,
secará las lágrimas de los ojos de todos
y hará desaparecer en toda la tierra
la deshonra de su pueblo.
El Señor lo ha dicho.
Aquel día se dirá:
- Este es nuestro Dios;
en él confiamos y él nos salvó.
Alegrémonos, gocémonos, él nos ha salvado."
El mensaje es claro. Dios nos llama a todos y nos llama a una fiesta, no a un funeral. El rechazado no es por su maldad, por ser pecador. Aquí no se trata de buenos o malos. Los primeros se excluyen ellos mismos. Tienen muchas ocupaciones que creen más importantes que la invitación del Padre. Quizá han de asistir a importantes reuniones, están ocupados determinando cuál es la doctrina ortodoxa, preparan grandes ceremonias...Otros están muy entretenidos en excluir de la comunidad y destruir a los que no piensan como ellos.
El último es rechazado porque confunde la fiesta con un funeral y no se ha vestido para la ocasión...
Tanto la parábola como el texto de Isaías nos lo dicen claramente: TODOS estamos invitados a la gran fiesta, al banquete de bodas. No hay sólo unos cuantos privilegiados. La invitación es gratuita, por pura benevolencia del Padre. Pero sí hay una condición: ir vestidos de fiesta...No, no se trata de modas ni de alta costura. Se trata de que todos nosotros debemos ir revestidos de amor, alegría, unión, solidaridad. Esa es la conversión que se nos exige. El expulsado había ido al banquete vestido de luto. Encerrado en sí mismo, lleno de egoísmo. Por eso no se le admite.
Cada día se nos invita a la Mesa del Señor. ¿La consideramos una Fiesta?¿La hemos convertido en un velatorio? ¿Qué hacemos para que nuestra sociedad sea un banquete de bodas? Jesús nos llama a su fiesta. ¿Cuál es nuestra excusa para rechazarla? ¿Invitamos a los demás, nos colocamos en los cruces de caminos o, además de no entrar nosotros, impedimos que entren los demás?