Aquel hombre se quejaba de que siempre había deseado hacer grandes cosas, pero que nunca lo había logrado.
El Anacoreta le sonrió y le preguntó:
- ¿Y has hecho pequeñas cosas?
Le puso una mano en el hombro y le dijo:
- Las grandes cosas están formadas de pequeños detalles. Si quieres hacer grandes cosas, empieza por hacer cosas pequeñas. Ellas te llevarán a los grandes triunfos.
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