Aquí tenéis este otro salmo contemporáneo inspirado en el salmo 127(126)
Si el Señor no construye con nosotros,
nuestra obra se vendrá abajo.
Si los planes del Señor no son nuestros planes,
nuestros esfuerzos serán ineficaces.
Él es la piedra angular
que sostiene la pared de nuestra obra,
nosotros los picapedreros que la tallan
para que todos vean que Él es el fundamento de nuestra casa.
Qué inútil será todo proyecto que olvide
que Él sostiene nuestra casa;
qué fracaso todo nuestro esfuerzo,
si ignoramos que Él trabaja a nuestro lado.
Señor, tú has de ser el fundamento de nuestra obra,
la piedra angular que aguante,
el arquitecto que diseñe sus espacios,
el jardinero que embellezca nuestras casas.
Que los hombres, Señor, reconozcan siempre
en nuestra casa tu obra y tu morada
en cada uno de nosotros, tus obreros,
constructores eficaces, Señor, de tu propia casa.
Si no pedimos al Señor que cuide nuestras obras
¡qué inútiles pueden ser los esfuerzos para vigilarlas!
¡qué inconsistentes nuestros planes de futuro,
si olvidamos, que es el Señor quien defiende nuestra causa!
Señor de los planes de futuro,
Señor, arquitecto de nuestra casa,
no permitas que nos creamos autosuficientes,
no permitas que nunca construyamos tu casa sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario