El que viene de arriba está sobre todos. El que es de la tierra es terrenal y habla de las cosas de la tierra. En cambio, el que viene del cielo está sobre todos y habla de lo que ha visto y oído. Sin embargo, nadie cree lo que él dice. Pero el que lo cree, confirma con ello que Dios dice la verdad; pues el que ha sido enviado por Dios habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente su Espíritu. El Padre ama al Hijo y le ha dado poder sobre todas las cosas. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios.
Juan, en el evangelio, nos dice que debemos creer en el Hijo y que esto nos da la Vida. Si creemos vivimos. La Fe es Vida, porque da el verdadero sentido a nuestra manera de vivir. Creer en Jesús es seguir su Palabra. Creer en Jesús es ser sus discípulos e intentar imitarlo en su vida. Creer en Jesús es amar.
A Dios lo conocemos a través de su Hijo, de Jesús que nos transmite la Palabra de Dios y nos transmite su Espíritu.
¿Queremos vivir? Debemos examinarnos para ver cómo es nuestra Fe en Jesús. Cómo le seguimos y lo imitamos.
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