sábado, 24 de junio de 2017

DIOS ES MISERICORDIA


"Al cumplirse el tiempo en que Isabel había de dar a luz, tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero la madre dijo:
– No. Tiene que llamarse Juan.
Le contestaron:
– No hay nadie en tu familia con ese nombre.
Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: “Su nombre es Juan.” Y todos se quedaron admirados. En aquel mismo momento, Zacarías recobró el habla y comenzó a alabar a Dios. Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. Cuantos lo oían se preguntaban a sí mismos: “¿Qué llegará a ser este niño?” Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.
El niño crecía y se hacía fuerte espiritualmente, y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se dio a conocer a los israelitas."

Dios es misericordia. Esto es lo que significa el nombre de Juan. Aquel niño será el precursor de Jesús. Viene a anunciarlo. Juan significa el paso del Antiguo Testamento al Nuevo. Todo esto ya queda claro con su nombre: Juan. Aunque él predicará un Dios que exige penitencia, su nombre ya nos indica el Dios que nos mostrará Jesús: un Padre misericordioso.
A Juan, por ser hijo de Zacarías, le correspondía ser sacerdote. Sin embargo se retira al desierto. Su misión está clara. Debe anunciar al que viene: Jesús. Debe prepararle el camino, para que el pueblo pueda recibirlo. Y así será. Quien lo recibirá será la gente sencilla, no los sacerdotes ni los escribas. A ellos se les hace muy difícil creer en un Dios misericordioso. Ellos prefieren un Dios terrible, que castiga. Nunca aceptarán un Dios encarnado, presente en el corazón del pobre; un Dios que nace en un establo.    


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