"También habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido bajo juramento al Señor.’
Pero yo os digo que no juréis por nada ni por nadie. No juréis por el cielo, porque es el trono de Dios;
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Ni siquiera juréis por vuestra propia cabeza, porque no podéis hacer que os salga blanco o negro ni un solo cabello.
Si decís ‘Sí’, que sea sí; y si decís ‘No’, que sea no. Lo que se aparta de esto, es malo."
Nunca se había jurado tanto como ahora. Y posiblemente nunca se había mentido tanto. Jesús nos dice que hemos de ser hombres de palabra. Decir sí cuando es sí y no cuando es no. Antes un apretón de manos firmaba un contrato. Ahora se necesitan papeles, abogados, notarios...para acabar no cumpliéndolo.
María no juró. Su sí, cambió la historia del mundo. Debemos estar dispuestos a decir sí a lo que Dios nos pida y no a lo que nos aparte de Él. Todas las demás palabras sobran. Debemos dejarnos guiar por el Espíritu.
Si és si i no és no. Homes,de Paraula...Gràcies Pare Nostre!
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