"Cuando Jesús bajó del monte, le seguía mucha gente.
En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, que se puso de rodillas delante de él y le dijo:
– Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
Jesús lo tocó con la mano, y dijo:
– Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad.
Jesús añadió:
– Mira, no se lo digas a nadie. Pero ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda ordenada por Moisés; así sabrán todos que ya estás limpio de tu enfermedad."
Jesús baja del monte. En la Biblia la montaña es el lugar del encuentro con Dios. Jesús deja ese monte y se dirige a la realidad del pueblo. Y se encuentra con un leproso. Alguien rechazado y excluido de la sociedad. La lepra se presenta como símbolo del pecado. El leproso lo era a causa de sus pecados. Por eso era impuro y todo aquel que lo tocaba, también era considerado impuro. Sin embargo Jesús lo toca y lo limpia de su enfermedad y de su impureza.
Nosotros estamos tentados de quedarnos en lo alto del monte. Queremos reducir la religión a lo sagrado, lo ritual, lo puramente espiritual. Pero, como Jesús, debemos bajar a abajo. Ir a la frontera, nos dirá el Papa Francisco. Llegar a donde están los leprosos y tocarlos con nuestro amor. Demostrarles que la mano de Jesús los limpia y los purifica. Y nosotros, si realmente los amamos y nos entregamos a ellos, somos la mano de Jesús.
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viernes, 30 de junio de 2017
TOCAR CON LA MANO DE JESÚS
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La mà... Pare nostre, la mà.
ResponderEliminarSi Joan Josep si amamos al prójimo somos las herramientas de que se sirve Dios.
ResponderEliminarGràcies Montserrat, i fent això, rebem dels altres el mateix amor...m'has fet pensar en això : Fèu als altres allò que voleu que us facin...(Regla d'or)
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