viernes, 30 de junio de 2017

TOCAR CON LA MANO DE JESÚS


"Cuando Jesús bajó del monte, le seguía mucha gente.  En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, que se puso de rodillas delante de él y le dijo:
– Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad. Jesús lo tocó con la mano, y dijo:
– Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad. Jesús añadió:
– Mira, no se lo digas a nadie. Pero ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda ordenada por Moisés; así sabrán todos que ya estás limpio de tu enfermedad."

Jesús baja del monte. En la Biblia la montaña es el lugar del encuentro con Dios. Jesús deja ese monte y se dirige a la realidad del pueblo. Y se encuentra con un leproso. Alguien rechazado y excluido de la sociedad. La lepra se presenta como símbolo del pecado. El leproso lo era a causa de sus pecados. Por eso era impuro y todo aquel que lo tocaba, también era considerado impuro. Sin embargo Jesús lo toca y lo limpia de su enfermedad y de su impureza.
Nosotros estamos tentados de quedarnos en lo alto del monte. Queremos reducir la religión a lo sagrado, lo ritual, lo puramente espiritual. Pero, como Jesús, debemos bajar a abajo. Ir a la frontera, nos dirá el Papa Francisco. Llegar a donde están los leprosos y tocarlos con nuestro amor. Demostrarles que la mano de Jesús los limpia y los purifica. Y nosotros, si realmente los amamos y nos entregamos a ellos, somos la mano de Jesús.



3 comentarios:

  1. Si Joan Josep si amamos al prójimo somos las herramientas de que se sirve Dios.

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    1. Gràcies Montserrat, i fent això, rebem dels altres el mateix amor...m'has fet pensar en això : Fèu als altres allò que voleu que us facin...(Regla d'or)

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