"Magdalena corrió entonces a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:
– ¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó a mirar y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él llegó Simón Pedro, que entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas, y vio además que la tela que había servido para
envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino
enrollada y puesta aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado y creyó."
Hoy celebramos la festividad del apóstol Juan, el llamado "discípulo amado". Su evangelio es el más profundo y el que nos señala que el camino para llegar a Dios es el Amor y es amarlo en los Hombres.
Koinonia (Servicio Bíblico Iberoamericano) nos ofrece la siguiente reflexión:
"En el contexto de Navidad, ayer reflexionábamos en la muerte de
Esteban y ahora meditaremos sobre la Resurrección, a través de la fe y
del testimonio de Juan. Siguiendo esta dinámica, pudiéramos decir que:
encarnación /muerte /resurrección, son signos del cristiano. Juan
presenta la figura del “discípulo amado” que viendo los “signos de la
muerte” (lienzos, sudario), llega a entender la resurrección (vio y
creyó). La tradición ha asociado la “figura del discípulo amado” con la
persona de Juan. Quizá “el anonimato” del discípulo amado represente a
todos los seguidores de Jesús para que viendo “las marcas de la muerte
de Cristo”, vean y crean, ¡que Jesús está vivo! Creer en el Resucitado
no es tarea fácil, porque celebramos más la muerte que la vida misma. Al
convertirnos en “discípulos amados” estamos invitados a correr a los
sepulcros para constatar y anunciar que nuestra fe no pertenece a los
muertos, sino a los vivos. Solo así, podemos celebrar que el Crucificado
en realidad es el Resucitado."
Va entrar al sepulcre, veiè el que habi passat i creguè...Pare Nostre
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