"En Sorá, de la tribu de Dan, había un hombre que se llamaba Manoa. Su mujer nunca había tenido hijos, porque era estéril. Pero el ángel del Señor se le apareció y le dijo:
- Tú nunca has podido tener hijos, pero ahora vas a quedar embarazada y tendrás un niño. Pero no tomes vino ni licor, ni comas nada impuro, pues vas a tener un hijo al que no se le deberá cortar el cabello, porque ese niño estará consagrado a Dios como nazareo desde antes de nacer, para que sea él quien comience a librar a los israelitas del poder de los filisteos.
La mujer fue a contárselo a su marido, y le dijo:
– Un hombre de Dios vino a donde yo estaba, y me
impresionó mucho pues parecía el ángel mismo del Señor. Ni yo le
pregunté quién era ni tampoco él me lo dijo. Lo que sí me dijo fue que yo voy a tener un
hijo, y que desde ahora no debo tomar vino ni licor, ni comer nada
impuro, porque el niño va a estar consagrado a Dios como nazareo desde
antes de nacer y hasta su muerte.
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A su tiempo, la mujer tuvo un hijo, y le puso por nombre Sansón. El niño crecíar y el Señor lo bendecía. Y un día en que Sansón estaba en el campamento de Dan, entre Sorá y Estaol, el espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él."
La primera lectura, del libro de los Jueces, narra el nacimiento de Sansón. Sigue el modelo del nacimiento de todos los salvadores de Israel: Dios elige alguien sencillo, en este caso una mujer estéril. El niño queda claro que es un don de Dios y trae la salvación al pueblo judío. Él debe entregarse totalmente a su Dios, ser fiel, para cumplir correctamente su misión. El espíritu de Dios se manifiesta en él.
Son los requisitos para actuar en nombre de Dios.
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El nascut és regal de Déu, amb l'esperit de Déu...Pare Nostre
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