miércoles, 10 de junio de 2020

EL ANACORETA Y EL PECADO


Estaban sentados el Anacoreta y sus discípulos trenzando hojas de palmera para fabricarse unas esteras, cuando el Solitario preguntó:
- ¿Qué es el pecado?
Se miraron los discípulos y respondieron casi al unísono:
- Transgredir la ley de Dios. 
Los miró sonriendo el Anacoreta y, sin dejar de trenzar, dijo:
- Sí y no. Y quizá por eso la sociedad actual intenta eliminar la noción de pecado. Con la respuesta que me habéis dado, parece que lo más importante es la ley. Y no es así.
Hizo una pausa y añadió:
- El pecado es una zancadilla al hermano. Lo importante en el pecado es que, cometiéndolo, siempre hacemos daño a alguien. O nos hacemos daño a nosotros mismos porque nos degradamos o hacemos daño a nuestro prójimo. Lo importante no es la ley. No es pecado porque transgredimos la ley, sino porque hacemos daño.
- ¿Entonces la ley...? - preguntaron los discípulos.
- La ley es para ayudarnos, para marcarnos dónde está el mal que podemos hacer...Mirad un ejemplo sencillo. No podemos pasar un semáforo en rojo. Pero podría ser azul, violeta o...tener que pararnos en el verde. Lo importante es que no hagamos daño al otro y no nos lo hagamos a nosotros mismos. Por eso hemos convenido todos, que no podemos pasarnos el semáforo en rojo...
Miró al horizonte y acabó:
- Por eso la única ley es la del Amor...Esa es la ley de Dios.

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