miércoles, 17 de junio de 2020

PRESENCIA AUSENTE


Presencia ausente o Ausencia presente. A algunos esto les parecerá un galimatías o un simple juego de palabras. Sin embargo es así como siente a Dios la gente que se adentra en la espiritualidad. Al principio todo parece agradable. Uno ve con ánimos como poco a poco es capaz de relajarse, de controlar la respiración, de sentirse en paz... Pero poco a poco, uno se va adentrando en lo que Juan de la Cruz llamaba NADA, NADA, NADA... y el monje anónimo inglés "la Nube del no saber"...
Cuando más necesitas sentirte junto a Dios, su presencia se transforma en una ausencia. Y eso no sólo ocurre en la oración, sino en la vida de cada día. Cuando ves sufrir a las personas, triunfar la injusticia, desbocarse el mal...no puedes sino gritar: Dios, ¿dónde estás? El ateo lo tiene fácil: no es que no esté, es que no puede estar porque no existe. Pero la persona que ha seguido el camino espiritual, siente a Dios presente, pero ha de reconocer su ausencia. Dios se nos hace presente por su ausencia...Y esto, difícil de explicar y que sólo pueden entender los que están ahí o han pasado por ahí, es la Noche Oscura. Y, nos guste o no, es el mundo en el que ha de vivir quien se toma la espiritualidad en serio.

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