Este texto de Thomas Merton se encuentra en su libro "Nuevas semillas de contemplación" (p. 81-82)
"Debería haber al menos un lugar o un rincón donde nadie pueda encontrarte, molestarte u observarte. Tendrías que ser capaz de desatarte del mundo y liberarte quitando los nudos de todos los finos hilos y cuerdas de la tensión que te atan, por la vista, el sonido o el pensamiento, a la presencia de otras personas. 'Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre en lo secreto...'. Una vez que hayas encontrado tal lugar, conténtate con él y no te inquites si, por alguna razón de peso, tienes que salir de allí. Ámalo, regresa a él tan pronto como te sea posible y no tengas prisa en cambiarlo por otro."
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