En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice: "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente."
"La vida cristiana no puede reducirse a una hermosa teoría o conjunto de prácticas “religiosas” que tengan como fin aparentar la grandeza de un heroísmo místico o profético. Tampoco es un título o un eslogan que hace acumular puntos, para presentarse al final de la vida exigiendo el pago “merecido” por una vida virtuosa. El llamarnos cristianos, ser practicantes o devotos, no nos garantiza la autenticidad de nuestro compromiso al proyecto de Jesús. No es suficiente escuchar o proclamar; es necesario también practicar. No existe dicotomía alguna entre fe y vida; ambas están interconectadas. En ocasiones nos gustaría seguir a un Jesús superhéroe que se pone de lado de los vencedores, que se manifiesta en los triunfos, en los milagros y cuando todo va bien. Pero Jesús nos hace caer en la cuenta de que la solidez de un cristiano consiste en la escucha y en la puesta en práctica de su Palabra. ¡Ser contemplativos en la acción! Quien así vive será capaz de sobrellevar con serenidad las contrariedades de la vida." (Koinonía)
Com que a casa ens diem Roca i l'edifici està fonamentat sobre roca (tot el Balcó del Mediterrani), per ara no hi ha por que el riu ni el tsunami ens prenguin. En el sentit figurat, o espiritual, també penso que anem ben encaminats, però mai està de més recordar-ho. Una abraçada, Joan Josep.
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