Hoy hemos celebrado la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Al margen de que si la que encontró Elena, la madre de Constantino, era laverdadera y que con los trozos que hay repartidos por el mundo (lignum crucis), se podrían reconstruir un monten de cruces...,hoy es día de reflexionar sobre la Cruz.
En estos tiempos en que se ha desatado la polémica contra los símbolos religiosos; en que se discute la presencia en las escuelas del velo, de la cruz; en que, defendiendo una sociedad laica, se quiere hacer desaparecer todo lo que huela a religión, todo el día he ido reflexionando sobre lo mismo. Cuando a Tierno Galván le dijeron que porqué no quitaba la cruz de su despacho de alcalde, respondió que a él no le molestaba. Podremos quitar las cruces de las paredes, de las entradas de los pueblos...pero siempre quedará la verdadera Cruz, la de hoy. La que han de soportar cada día las mujeres maltratadas. La que ata a tantos enfermos a una silla de ruedas, a un aparato de diálisis, a un cateter de quimioterapia. La que llevan a cuestas padres y madres que ven morir de hambre a sus hijos. La de los sintecho. La del agricultor que ve perder su cosecha en unos minutos....
Quitaremos las imágenes, los símbolos, pero no al Cristo clavado en Cruz a nuestro lado: LA HUMANIDAD QUE SUFRE....
Juan:Esas son las cruces reales que llevamos cada uno. Las hay de muchos tipos, las que nos imponen, las que nos imponemos y otras que nos vienen con el paso del tiempo, como si fuera una penitencia por lo vivido. Algunas demasiado pesadas y otras demasiado pronto. UN ABRAZO
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