La liturgia de hoy nos viene muy bien a todos, tras los problemas que hemos vivido últimamente en la red.
Santiago y Pablo tenían dos visiones muy distintas de la Iglesia. Santiago no quería desvincularse del judaísmo. Seguía apegado al judaísmo. Pablo había entendido claramente la llamada de Dios para anunciar la Buena Nueva a todos los pueblos, desvinculándola de los preceptos de la ley antigua. Una reunión en Jerusalen, con la mediación de Pedro, hizo que Pablo pudiera seguir con su apostolado. Pues bien, ese Santiago es el que escribe estas palabras que nunca deberíamos olvidar:
"Donde hay envidia y rivalidad, allí hay desorden y toda clase de maldad. La sensatez que procede del cielo es ante todo limpia; además es pacífica, comprensiva, dócil, llena de piedad y buenos resultados, sin discriminación ni fingimiento. El fruto de la honradez se siembra en la paz para los que trabajan por la paz." ( Sant 3, 16 - 18)
Y a los apóstoles en el evangelio les sucedía algo semejante. Mientras Jesús les hablaba de pasión y cruz ellos discutían de quién sería el más importante entre ellos. Y así seguimos; buscando poder, influencias, importancia...Él sigue colocando ante nosotros un niño. "Nadie" para los israelitas. "Si uno aspira a ser el primero, sea el último y servidor de todos"."Quien acoja a uno de estos niños a mi me acoge." (Mc 9, 34,37)
La verdadera sabiduría cristiana se encuentra en las Bienaventuranzas. El amor a los demás, la voluntad de acoger, la búsqueda de la concordia, la oración que nos ayuda a descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros...es la manera de colocarse el último. Quizá así, lleguemos a ser los primeros...
Cuánto cuesta colocarse el último y cuánta enegía perdemos en eso cuando podríamos emplearla en servir a los demás sin tener en cuenta el sitio desde dónde lo hacemos
ResponderEliminarSembremos paz, es la única forma de lograr un mundo mejor
Un abrazo
Soqui
Cuánta razón encierran tus palabras. El Ego nunca conducirá a nadie por buenos caminos. Yo por eso siempre me olvido de mí, ya que pienso siempre en los demás antes que nada: Que no sean más que yo, que no tengan cosas que yo no tenga, que no estén adelante mío en las listas de invitaciones, etc. Y hablando por el amor a los demás yo quiero ser el primero en ser amado, en ser acogido y el que acepta claramente y a la primera, buscando la concordia, cuando la otra persona me dice: "está bien Farenas, ganaste, no discutamos más, eres tan terco!".
ResponderEliminarCreo que he entendido bien la liturgia de hoy cierto? aunque la Secre me diga que estoy equivocado -de nuevo- yo estoy convencido que voy por buen camino.
El primer paso para corregir, siempre es el descubrir dónde estamos equivocados, así que hoy, me regreso feliz por tanto descubrimiento, amigo Joan Joseph. Te dejo a cambio, las consabidas bendiciones merecidas.
P.S. Espero que este comentario llegue a su destino. Un par de veces ya me ha negado en la última semana la dicha de dejarte alguna nota en tus bellas entradas.
Esa mísma lectura la hizo el sacerdote al que escucho muchos domingos (Mc 9, 34,37)
ResponderEliminarReflexionó, reflexiné...cada día es un laborioso trabajo de acpetación, y por supuesto amor y respeto a los que nos acompañanan, a los que nos requieren, a los que nos hacen dudar.
Un beso desde el viejo reyno.
Aiara
He estado luchando contra el Ego de mi mejor amiga, pero ya no sé que hacer para reconquistarla. Me castiga con su silencio y no me hace saber dónde radica su malestar contra mí. Ahora pienso que es mejor no insistir y dejar que ella misma se tome su tiempo para que desenrede sus propios nudos.
ResponderEliminarBonita entrada de reflexión.
Vivimos en una sociedad de competitividad. Queremos ser más listos, más ricos, más poderosos, más famosos, más... y lo que al final conseguimos es ser más esclavos.
ResponderEliminarYa veo que te ha funcionado la vinculación de blogs.
Un abrazo. Pablo.
Pmartimor. http://lavirgenmaria.spaces.live.com